¿Qué esperas para vivir una nueva aventura?
Viracachá no se queda atrás en el turismo. En nuestro municipio te invitamos a conocer diversos lugares naturales y religiosos, entre estos están: El chorro de la Vieja que se encuentra actualmente rodeado de plena vegetación. La cruz del castigo y la iglesia parroquial que se catalogan como lugares de paz religiosos. Entre otros lugares está la cueva del murciélago, la fuente toscana, la piedra respondona, la quebrada de rumá que es ideal para darse un baño con sus frías aguas y las columnas de los indios. No dudes en probar sus deliciosos platillos como el cuchuco de espinazo, el delicioso ajiaco, las cuajadas con melado, los envueltos de mazorca y las almojábanas.
Resplandor del agua en la oscuridad.
Viracahá es uno de los municipios que conforma el departamento de Boyacá, este municipio se encuentra ubicado al norte de la Provincia de Marquez. Limita al norte con Soracá y Siachoque, al este con Siachoque y Rondón, al sur con Ciénaga y al oeste limita con el municipio de Soracá. Este municipio es conformado por 10 veredas como Centro, Chen, Galindos, Pirguatá, Parras y entre otras. Su temperatura media es de 15 grados centígrados. El municipio de Viracachá hace parte de la cordillera oriental, su mayor extensión es montañoso. Viracachá está situado a 22 kilómetros de la ciudad de Tunja. Entre las actividades económicas que benefician al municipio están los establecimientos de comercio y los servicios que generan empleos además de la agricultura con hortalizas, papas, arveja, mora, fresas y demás.
Aprende un poco más en nuestro municipio.
En la época prehispánica, este municipio fue habitado y dirigido por el cacique Viracocha, este fue un jefe tributario del Zaque. En los encomenderos que sobresalieron en el municipio estaba el español Francisco Martínez. Viracocha fue uno de los descendientes de Manco-Capac. Viracachá es el mismo nombre del indio, pero adulterado o evolucionado. Viracocha en lenguaje inca significa "aire del lago" Viracachá, viejísima población anterior a la conquista. Su prehistoria se pierde en el tiempo, su desenvolvimiento milenario, como muchos otros pueblos que a la llegada de los conquistadores no poseían grandes riquezas en oro y esmeraldas, quedaron sepultados en el letárgico pozo del olvido, porque sus cronistas nunca visitaron esas comarcas para describirlas.
