Colección de obras de arte religioso y de pintura colonial.
En el turismo religioso está el museo de arte religioso, la casa colonial, la casa anzoátegui, la parroquia San Francisco de Asís, la iglesia Santo Domingo, la Capilla del niño huerfanito y la iglesia de nuestra señora del Carmen. Nuestro municipio conserva varios lugares con arquitectura colonial, conoce el Santuario del Señor del Humilladero, el palacio Arzobispal y la casa de las cajas reales además de la casa de águeda gallardo de Villamizir y Museo de Arte Moderno Ramírez Villamizar. Visita también el Parque Recreacional Los Tanques. No olvides probar las almojábanas, pasteles, ponqués ya que Pamplona se destaca en aquellas colaciones típicas. Goza de la semana santa, el Festival Internacional Coral de Música Sacra, Festividades del Señor del Humilladero, Feria de la Cuca, el Dulce, el Pan y la Colación Pamplonés.
Ciudad Mitrada.
Pamplona es uno de los municipios que conforma el departamento de Norte de Santander, se considera la capital de la provincia de Pamplina y se le conoce como la ciudad mitrada por ser sede de la Arquidiócesis de Nueva Pamplona. Pamplona está conformada por dos corregimientos y 30 veredas, estas tierras son bañadas por los ríos Pamplonita y Sulasquilla. Limita al norte con Pamplonita y Cucutilla, al oriente con Labateca, al sur limita con Cácota y Mutiscua y al occidente con Cucutilla. Vale decir que la fuente de ingresos de Pamplona es conformada por la producción agrícola donde sobresalen cultivos de ajo, fresa, trigo, papa, arveja y zanahoria. La explotación pecuaria, bovinos, porcinos y aves de corral influye además de la actividad comercial en el casco urbano.
Los habitantes indígenas de lo que hoy es la provincia de Pamplona fueron llamados chitareros por los españoles, porque los hombres tenían la costumbre de portar sujeto a la cintura un calabazo o totuma con chicha o vino de maíz como le dijeran los españoles. Preguntando cómo se llamaba el sujeto que cargaban, ellos respondían que era un chitarero. El 16 de enero de 1644 hacia las cinco de la mañana la ciudad fue devastada por un terrible terremoto, tras lo cual y bajo la dirección de los hermanos jesuitas, la ciudad de Pamplona se levantó de nuevo.
